La riqueza de la diversidad
Vivimos en una época donde marchamos y pregonamos el respeto por aquellas personas que deciden hacer lo distinto a la norma; decimos que apoyamos y aceptamos las diferentes formas de vida de todos los que nos rodean. Pero que tan contradictorio llega a ser, cuando en la practica solemos hacer todo lo contrario. Con los compañeros de trabajo, vecinos, en la escuela, en fin… en la vida cotidiana pasamos los días discriminando por como habla, viste, vive, por gustos particulares o por su status social.
Es bien sabido que preferimos evitar lo desconocido, todo aquello que es ajeno a nosotros procuramos mantenerlo a distancia ya que nos sentimos mas cómodos con lo que conocemos, lo que es de nuestro gusto y estilo. Pero ¿que tanto podemos aprender si siempre hablamos con las mismas personas? ¿cuántas cosas puedo conocer si siempre voy a los mismos lugares?
Una de las maneras mas sencillas de ampliar nuestro criterio, aprendizaje, vivencias y por lo tanto enriquecernos de nuestro entorno; es abrir nuestra mente a la diversidad que nos rodea. El mundo es como un «surtido rico» lleno de variedad que si bien no todo es de nuestro total agrado pero todo nos aporta, complementa nuestra vida y existe para dar equilibrio.
Así que la próxima vez aprovecha para hablar con ese compañero que apenas conoces, muéstrate abierto a conversar con las personas que te rodean, visita distintos lugares, come algo nuevo, escucha música de diferentes géneros, lee de temas que tienes menos conocimiento (política, religión, culturas, tecnologías, etc.) en fin sácale provecho a la diversidad que te rodea.
La diversidad en la familia humana debería ser causa de amor y armonía, como lo es en la música donde diferentes notas se funden logrando un acorde perfecto. Abdul Baha.