Psicología para la vida

El blog de Erika Almanza

Autoestima, General

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Como sacarle ventaja a la soledad.

   «Estamos solos, vivimos solos y morimos solos. Solo a través del amor y la amistad podemos hacernos la ilusión, por un momento, de que no estamos solos.»

  Orson Welles

Uno de los grandes miedos que llegamos a tener las personas es el temor a la soledad, y con el fin de evitarla llegamos a involucrarnos en relaciones poco saludables, rodearnos de personas toxicas y hasta hacer cosas de las que no estamos completamente convencidos.

La gente va a hacer cualquier cosa, no importa lo absurdo que esto sea, para evitar hacer frente a sus propias almas. Carl G. Jung.

Aprender a vivir en soledad traerá a nuestra vida muchos beneficios ya que por medio de ella nos encontramos a nosotros mismos, contribuye a nuestro auto conocimiento y nos hace personas autosuficientes. Cuando logramos vencer el miedo a estar solos el estar en compañía se vuelve una decisión y no una necesidad.

Ventajas de aprender a vivir en soledad.

Difícilmente serás victima de manipulaciones ya que tu prioridad no es quedar bien con los demás.

Tendrás completo control de tu tiempo y espacio.

Al terminar una relación no sentirás la necesidad de buscar remplazo, te será mas fácil tomarte el tiempo para sobre ponerte de la ruptura.

Puedes invertir el tiempo en lo que mejor te parezca, entre muchas otras cosas.

Una de las causas por las cuales se le teme a estar solos no es necesariamente la falta de compañía, sino que son los momentos donde no hay nada que nos distraiga de nosotros mismos, la falta de auto conocimiento hace que tratemos de alejarnos de nosotros mismos.

El sacar el mejor provecho de tus momentos o etapas de soledad, te acercara más al autoconocimiento y tus relaciones interpersonales sin duda serán mucho mas benéficas y enriquecedoras para ti y para los otros.

«Para amar hay que emprender un trabajo interior que sólo la soledad hace posible.»

Alejandro Jodorowsky

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La vieja estrategia del “corazón roto”

Hace unas semanas conocí a un hombre muy apuesto y físicamente atractivo de esos (Gym lovers) que es inevitable mirar. Y como en cualquier primer conversación la pregunta del ¿a que te dedicas? salió a relucir, y fue como abrir una puerta a compartir sus problemas y su historia de como una mujer le rompió el corazón, lo mucho que la amaba, el sufrimiento que le causo el rompimiento etc. Dejando ver toda la intención de usar su historia de “corazón roto” para “conquistar”.

Lo cual me inspiro a escribir del tema y darme cuenta que nadie esta exento de caer ante la historia de un “corazón roto”. Hombres y mujeres hemos vivido algún tipo de infortunio relacionado con el amor, lo cual nos hace empáticos, sensibles, hasta podríamos sentirnos identificados.

Básicamente mujeres cuentan lo buenas que eran en la relación y lo mal que las trataron, hombres diciendo lo buenos que son y como fueron menospreciados. Todo inicia con una necesidad de desahogo, sentirse comprendidos y satisfacer de algún modo esa necesidad de atención.

La vieja estrategia del “corazón roto” usada tanto por hombres como por mujeres tiene tal efectividad que podría ser llamada una estrategia infalible, y es que suena casi romántica la simple idea de tener el poder de sanar un corazón herido y revivir la esperanza del amor en otra persona.

Pero… ¿que puede ofrecerte un “corazón roto”? ¿que tipo de relación puede surgir con un ser herido, y que no se ha dado el tiempo de sanar? no hace falta ser muy inteligente o un adivino para saber que las posibilidades de éxito son nulas. Si eres el que aplica estas historias y tu propósito es tener una aventura, esta estrategia te será útil; pero si de una manera inconsciente tiendes a sacar esas malas experiencias y pretendes tener una buena relación, la imagen que estas reflejando no es la adecuada.

Por lo contrario, si eres de los que escucha las historias y aspiras a una relación estable o sana, recuerda que un corazón roto tiene poco que ofrecer y tu mereces a una persona completa, renovada, con un corazón completo, listo para amar y ser amado, y no una persona en pedazos.

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