La vieja estrategia del “corazón roto”
Hace unas semanas conocí a un hombre muy apuesto y físicamente atractivo de esos (Gym lovers) que es inevitable mirar. Y como en cualquier primer conversación la pregunta del ¿a que te dedicas? salió a relucir, y fue como abrir una puerta a compartir sus problemas y su historia de como una mujer le rompió el corazón, lo mucho que la amaba, el sufrimiento que le causo el rompimiento etc. Dejando ver toda la intención de usar su historia de “corazón roto” para “conquistar”.
Lo cual me inspiro a escribir del tema y darme cuenta que nadie esta exento de caer ante la historia de un “corazón roto”. Hombres y mujeres hemos vivido algún tipo de infortunio relacionado con el amor, lo cual nos hace empáticos, sensibles, hasta podríamos sentirnos identificados.
Básicamente mujeres cuentan lo buenas que eran en la relación y lo mal que las trataron, hombres diciendo lo buenos que son y como fueron menospreciados. Todo inicia con una necesidad de desahogo, sentirse comprendidos y satisfacer de algún modo esa necesidad de atención.
La vieja estrategia del “corazón roto” usada tanto por hombres como por mujeres tiene tal efectividad que podría ser llamada una estrategia infalible, y es que suena casi romántica la simple idea de tener el poder de sanar un corazón herido y revivir la esperanza del amor en otra persona.
Pero… ¿que puede ofrecerte un “corazón roto”? ¿que tipo de relación puede surgir con un ser herido, y que no se ha dado el tiempo de sanar? no hace falta ser muy inteligente o un adivino para saber que las posibilidades de éxito son nulas. Si eres el que aplica estas historias y tu propósito es tener una aventura, esta estrategia te será útil; pero si de una manera inconsciente tiendes a sacar esas malas experiencias y pretendes tener una buena relación, la imagen que estas reflejando no es la adecuada.
Por lo contrario, si eres de los que escucha las historias y aspiras a una relación estable o sana, recuerda que un corazón roto tiene poco que ofrecer y tu mereces a una persona completa, renovada, con un corazón completo, listo para amar y ser amado, y no una persona en pedazos.